Dentro de poco nos vamos otra vez de viaje. Nos vamos a ver animales marinos. Mientras llega el día , aquí me tenéis, esta noche es la primera que Lu duerme fuera de casa. Mis mantras, mi curso de mindfulness y demás artimañas para mantener la serenidad se van a pique. Sólo me apetece comer chocolate.donde ha ido mi niña/ bebe???? ¿Por qué hay fiestas de pijamas desde los 10 años?
Lo se, me estoy poniendo dramática mientras los trillis me miran raro. Yo, que estoy haciendo lo posible por educar en la meditación y en la independencia... En fin.
-Mami, no te preocupes , aunque os echare de menos estoy con mis amigas.
-Ya, hija ya ....Snif. Si es solo que tengo algo en el ojo.
-Si, mamá.
Bueno, a lo que iba que mi post de los viernes quería yo que fuese super mindfull y me esta resultado muy paranoico. Aunque os tengo que reconocer que esto de la práctica mindfulness es mucho más difícil que lo imaginado cuando te explican que sólo es "estar", sin hacer nada.
Efectivamente, eso es lo difícil : cuando has vivido tantos años en una montaña rusa hormonal y emocional la quietud mental está a años luz, pero... hay esperanza. Después de un mes sentándome todos los días a la misma hora " cuando todos duermen" tengo como la sensación , y es de verdad que secretamente espero ese momento de estar conmigo misma y cuando abro los ojos y agradezco ( que es otra práctica que hay que incorporar en la rutina) un trocito de stress se queda en el suelo.
Esos son mis avances, los comparto. Me estoy dando cuenta, que hoy , sobre todo, estoy deseando que lleguen mis diez minutos de calma mental.
Y es que me temo que esto de que crezcan los buenos hijos también tiene su aquel . Así que antes de mandar el primer wassap a la mama que ha ideado la fiesta de pijamas, que a punto estoy de montar un grupo para compartir la experiencia por el móvil ( contradiciendo así todas mis reglas) voy a pedir comida japonesa, acostar a los trillis bien tempranito y atiborrarme con el buen padre como si no hubiera un mañana.