- Me viene muy bien hablar contigo… me comenta una chica que acaba de dar a luz. - Es que yo la maternidad la tenía idealizada… Esto es muy duro…
- Y los padres ¿?? Que poco hablas de los padres….me dijeron en una fiesta el otro día.
Este tipo de situaciones a las que me enfrento significan:
a.
Que soy monotemática y es obvio, debo hablar de otras cosas.
b.
Que mi público se queja.
c.
Que al menos un muy poquito puedo llegar al corazón de otras personas con las vivencias descabelladas que relato, pero ojo, por Dios que nadie lo tome de ejemplo personal o acabara como yo escribiendo un blog como terapia.
Y dicho esto, recordare desde aquí que la maternidad aunque no sea múltiple es a la vez maravillosa yarrrolladora.
Tanto que te desviste de ti misma y te convierte por un tiempo en un ser obsesionado con dormir del tirón y fuera de ti.
Y que los padres, los padres de verdad de la buena son ese sostén ( aunque las peleas aumentan proporcionalmente a las decisiones en las que influyen) que no es tu madre ni tu vecina pero que junto a tu instinto ( si se activa) te permitirá salir adelante.
Yo, propongo un pacto, ( super de moda y muy apropiadoen estos tiempos que corren), un pacto de “no hagas caso son mis hormonas” hasta que el bebe tenga al menos tres años . A renovar hasta terminar la primaria en caso de familia numerosa.
Porque la familia plural y con diálogo se gobierna mejor. A que os recuerda?
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