Cuando llegamos al hotel y vi la habitación ( yo soy un poco agorafobia por múltiples sucesos en mi vida) inmediatamente, mi mente dijo: vámonos de aquí.
-Esto es la habituación cuádruple!!! Si casi no entramos, por Dios.
-Mujer, que esperabas , no vamos a pasar el tiempo aquí....
-A mama no le gustaaaa! Nunca le gusta nadaaaa.
Ante estas afirmaciones tan contundentes y a riesgo de dar un muy malísimo ejemplo a mis vástagos, forcé una sonrisa y me metí dentro:maletas, niños y marido.Empezaba el fin de semana ( Haloween por cierto) que habíamos elegido para celebrar nuestro aniversario, 15 años y 4 niños después de conocernos.La ciudad: Córdoba, por su magia, sus monumentos, su clima y gastronomía y básicamente porque el viaje a Madrid se frustró porque otras niña que venía, tuvo un pequeño accidente y claro, ya no se atrevían. Pues nosotros vamos, pero nos vamos a Córdoba, dijo el buenpadre.
Salir con los cuatro, lejos del la odisea que yo suponía, se convirtió en una mezcla maravillosa de descubrimientos y siembra de recuerdos.
-Esto se llama Mezquita mamaaaa.... Se leer los números romanos!!
El romanticismo de nuestros primeros viajes solos se ha transformado en una sensación de plenitud que alcanza lo más en esa habitación de hotel con las cuatro camas juntas para dormir los seis.( ta chan !)
Y, a pesar de no dejar de visitar la farmacia, por supuesto, de tener que ir al zoológico y de poner pegas a todas las comidas, me quedo con la noche de Haloween de temperatura tibia bajo la luz de los candiles cordobeses. Hasta la próxima...ya os iré detallando.
-Esto es la habituación cuádruple!!! Si casi no entramos, por Dios.
-Mujer, que esperabas , no vamos a pasar el tiempo aquí....
-A mama no le gustaaaa! Nunca le gusta nadaaaa.
Ante estas afirmaciones tan contundentes y a riesgo de dar un muy malísimo ejemplo a mis vástagos, forcé una sonrisa y me metí dentro:maletas, niños y marido.Empezaba el fin de semana ( Haloween por cierto) que habíamos elegido para celebrar nuestro aniversario, 15 años y 4 niños después de conocernos.La ciudad: Córdoba, por su magia, sus monumentos, su clima y gastronomía y básicamente porque el viaje a Madrid se frustró porque otras niña que venía, tuvo un pequeño accidente y claro, ya no se atrevían. Pues nosotros vamos, pero nos vamos a Córdoba, dijo el buenpadre.
Salir con los cuatro, lejos del la odisea que yo suponía, se convirtió en una mezcla maravillosa de descubrimientos y siembra de recuerdos.
-Esto se llama Mezquita mamaaaa.... Se leer los números romanos!!
El romanticismo de nuestros primeros viajes solos se ha transformado en una sensación de plenitud que alcanza lo más en esa habitación de hotel con las cuatro camas juntas para dormir los seis.( ta chan !)
Y, a pesar de no dejar de visitar la farmacia, por supuesto, de tener que ir al zoológico y de poner pegas a todas las comidas, me quedo con la noche de Haloween de temperatura tibia bajo la luz de los candiles cordobeses. Hasta la próxima...ya os iré detallando.
