Me gustaría ser una madre runner. En serio, me llevaría a los trillizos y a Lu para que nos pusieran el número pegatina en pecho y espalda ( en realidad no se cómo va eso) y haríamos deporte, acabaría con un cuerpo escultural y los findes serían geniales.Y nos harían fotos llegando a la meta y todo.
La realidad es que no puede ser, odio correr y desde que soy mama más ¿habéis oído hablar del suelo pélvico? Pues eso. Mis hijos además no estoy segura que ya no tengan asma del lactante y aunque mi marido insiste, es extraño el no participaria, le parece una idea estupenda mandarnos a correr a todos incluso me compraría toda la ropa deportiva pija en internet...Lo siento, es sólo una utopía.
Aunque yo vengó aquí a plantear que existen también opciones para nosotras ( multimadres de más de ...treinta y nueve), por ejemplo el yoga.
Serena cuerpo y mente y serás feliz, pues, nada que me organizo una clase de yoga con las vecinas, mientras el papa se queda acostando a los cuatro. Intuyo, no se por que que prefería que hiciera running...
Pero vamos, que a mi me va genial aunque el profesor de yoga nos invita a hacer posturas un tanto imposibles del todo. Tranquilidad, con ganas , y actitud positiva y a sonreír todo el rato en clase disfrutando del incienso y del sonido del gong( los ratitos que nos ponemos en postura de descanso, claro)..
El problema es que cuando llego a casa tengo las cervicales hechas polvo, me tengo que tomar una pastilla y lanzando besos al aire, que no puedo ni agacharme a ver a los niños, voy directa a mi cama.
Asi que, os cuento que he descubierto la gimnasia hipopresiva¡ Voy, mientras los niños hacen actividades extra escolares. Al buen padre esto, no se por que , le convence más. Y yo estoy más en forma que nunca, la profe es empatía pura y lo que podría denominarse ejemplo de persona anti tóxica e incluso, puedo comprarme los conjuntos deportivos en páginas caras. Definitivo.
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